El pasado sábado tuve el placer de disfrutar de una visita en grupo a la Unitat de Fons, Col.leccions i Restauració de Betera.
Al margen de darme cuenta de lo mucho que me gustan “los trastos”, también me apercibí de que en España definitivamente tenemos una asignatura pendiente respecto a la inversión en cultura (Menos mal que sigue existiendo gente que se dedica a esto por devoción y suplen falta de medios con ingenio puro.)
Como siempre, de estas visitas en grupo salgo medio frustrada, porque yo QUIERO quedarme ahí mirando las cosas que me llaman la atención. Y ¡claro! en este caso los objetos estaban accesibles (no en vitrinas), y podía acercarme para dotorearlas bien. (Casi me sorprendía no darme cabezazos contra algún cristal)… ¡Placer puro oiga!
Así que en primer lugar ¡Un Ole! por la iniciativa del Museu Valencià d´Etnologia . Sali de la visita con la certeza de que hay material, gente comprometida y ganas de trabajar… ¡Lamentablemente falta dinero!
Y como este blog va de indumentaria, y el sábado me dieron una de cal y otra de arena, me apetece reflexionar sobre el tema.
Las prendas antiguas que han llegado hasta nosotros eran ropas que se hacían “para durar”. Incluso los materiales mas pobres (a nuestros ojos) eran tratados con mimo. Con detalle. Se trabajaban, y suplían la carencia de valor económico con horas de trabajo y virtuosidad.
Y ahora viene mi reflexión. ¿De que queremos ir vestidos cuando pretendemos reproducir este tipo de ropa?
Puede que queramos ir típicos, que seria el aplicar la idea del “traje regional establecido” y puede que queramos ir un paso mas allá, e intentar ir “tradicionales”.
Esto supone hacer un esfuerzo para emular la ropa que de verdad podrían haber llevado nuestros antepasados. (Fuera de nuestras fronteras hay autentica pasión por este movimiento)
Problemas que te encuentras en el actual panorama Español si caes en el lado oscuro de la recreación histórica (a todos los niveles):
–Un grave problema con los profesionales:
He tenido la gran suerte de crecer rodeada de artistas de la aguja, y aunque de pequeña no me interesaba en absoluto aprender, algo debió de llegarme por ósmosis. Distingo, sin esforzarme demasiado, un trabajo bien hecho.
Quizás sea por los miles de guantes que revise siendo adolescente, pero soy absolutamente incapaz de obviar los fallos técnicos de costura.
A esto se une que estos últimos 7 años he aprendido mucho respecto a patrones y técnicas de costura tradicionales y da como resultado que me veo muy apurada cada vez que alguien me pide una recomendación para hacerse una pieza de ropa tradicional.
Puedes ir, con mayor o menor fortuna, a multitud de profesionales para que te hagan (“indumentaria”), entre comillas y paréntesis… pero si quieres algo con rigor histórico…. ¡Ay! ¡Mas te vale tener muy claro que es lo que buscas.
Lo que he podido llegar a ver perpetrado por profesionales, que dicen hacer indumentaria tradicional basada en prendas antiguas, no tiene nombre.
Gracias a Dios, PROFESIONALES con mayúsculas, existen. Y lo se, porque conforme recojo un poco de efectivo, si lo que he visto de ellos me gusta, los pruebo. Como quien de vez en cuando se da el lujo de comprarse unos Levi´s.
–Un problema con los materiales:
Encontrar un tejido que tenga un pasar para hacer una reproducción, es complicado. Salvo algunos fabricantes específicos que no dudo en recomendar, tienes que saber exactamente lo que buscas y para que lo buscas.
No vale con ir a una tienda y preguntar… porque si no sabes, sales de ahí con cualquier cosa.
–Un difícil acceso a la información:
Los dos puntos anteriores sobreviven y se aprovechan del inmenso desconocimiento que hay, en España, de lo que seria nuestra historia etnológica. Sumale a esto pocas publicaciones técnicas especificas, y el difícil acceso a las prendas originales por parte del publico en general.
Se confunden los “trajes regionales”, que en algunas zonas han derivado a meros disfraces que te colocas de cualquier manera, con la realidad, y te encuentras con que, en el caso de mi zona concreta, la gente realmente se “cree” que nuestros antepasados iban a la huerta a escarbar papas vestidos con espolines y enjoyados.
Y en este punto retomo la reflexión inicial de este post;
¿Como es posible que todos tengamos tan claro el color del espolin de nuestra Fallera Mayor? ¿Que sepamos que telas y colores están “de moda” ese año¿, ¿¡Que tipo de peineta es la mas COOL!? ¿Pero ignoremos completamente que un justillo no es “de huertana”, es simplemente “ropa de verano”?.
Pues es posible porque detrás de todo esto hay una GRAN inversión de dinero, estas cosas se publicitan, se publican en revistas que compras en los kioskos, salen por la tele… ¡¡Te lo regalan con los periódicos!! Se esta creando, de forma mediática, una expectación por saber estos datos.
Y mientras tanto nuestro pasado etnológico “Real” se encuentra almacenado en perchas y cajas, sin posibilidad de que el publico en general llegue en un plazo cercano a tener acceso a el. Porque no hay medios para inventariar toda la colección, fotografiarla y subirla a los catálogos que los museos nos ponen a disposición para que tengamos un acceso virtual a todos esos tesoros enterrados. Voluntad hay mucha, pero dinero… poco.
Así que, si luego me voy a ver una semi-final de bailes tradicionales y veo lo que veo, no me puedo quejar.
PD. ¡Dos ejemplos! de catalogos de museos on-line: